lunes, 1 de septiembre de 2008

Fiesta de San Ramón Nonato

¡Y ojalá se nos caiga alguna lágrima al pensar en tantos chicos explotados, en tantos chicos usados, en tantos chicos esclavos!
Homilía del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, en la Fiesta de San Ramón Nonato (31 de agosto de 2008)

Jesús estaba con los apóstoles y acababa de ungir a Pedro como el jefe, después Jesús les dice: “Anden con cuidado, para que sepan la que me espera: yo voy a ir a Jerusalén, me van a insultar, me van a poner preso, me van a torturar, me van a crucificar, y me voy a morir, y el tercer día voy a resucitar.” Y Pedro, que se le habían subido los humos a la cabeza por que había sido elegido jefe, lo llamó aparte, dice el evangelio, y le dijo: “No señor, por aquí no va el camino” y Jesús lo saca corriendo. Le dice: “Apartate de mi Satanás, por que lo que estás diciendo no es de Dios”. Y después Jesús dice, “Mi camino, es el de la predicación de la Buena Noticia, predicación de la verdad, y hay gente que no le gusta eso, igual voy a ser insultado por eso. El que quiera ir detrás de mí, sepa que le puede pasar lo mismo, y si alguien quiere cuidarse tanto, como vos Pedro ahora, que no querés arriesgar el pellejo, tu vida no sirve para nada. El que cuida de su vida la pierde, en cambio el que entrega su vida anunciando la verdad del Evangelio, la gana”.

Cuando escuchaba el Evangelio, pensaba en estos quince años del Santuario. Fiesta de quince hoy ¡eh! Quince años de Santuario luchando por la vida. En un mundo donde no se quiere oír hablar de vida, o al menos hasta ahí nomás. Hay países donde no nacen chicos, donde tienen el 1% de natalidad, de vida nueva, entonces van envejeciendo, envejeciendo.

Los chicos molestan ¿o no? ¿Cuántas veces tenés que levantarte vos de noche para darle de comer?, ¡mejor dormir!. Y sin embargo… ¡qué lindo que son los chicos! Los chicos cuando crecen un poco arman lío, y a uno lo sacan de las casillas, pero ¡qué lindo es el lío de los chicos! Los apóstoles cuando los chicos hacían lío alrededor de Jesús, los sacaban y Jesús dijo: “No, déjenlos que vengan”. Jesús quería la vida de los chicos. La gente que tiene la mentalidad cómoda no quiere chicos, los chicos molestan: “Yo quiero vivir bien, quiero dormir bien, pasar mis vacaciones bien, pasarla bien, no tener preocupaciones”. Hay en todo el mundo mucha gente que excluye a los chicos, no entran en su proyecto de vida, y este Santuario hace 15 años que esta luchando por los chicos. Nosotros estamos en este Santuario, luchando por estas mamás, por estos papás, que quieren tener un chico y no pueden, no viene, no viene y no viene. Y cuando están viniendo, los acompaña, para que el chico venga bien. Están luchando para cuidar.

Hoy cuando venía en el colectivo, había un matrimonio y la abuela, sería del bebé, y me mostraban los escarpines: Era una insignia de victoria, Un escarpín es una manera de victoria, por que es decir “quiero chicos”.

Bueno hay un grupo de gente en todo el mundo que no quiere chicos, pero hay otro grupo peor aún: los usa, los esclaviza. Hay chicos esclavos en el mundo, chicos esclavos por la droga, los usan de “mulitas” para llevar droga, chicos esclavos en los talleres clandestinos que trabajan por un sandwich de mortadela. No hace mucho encontraron uno cerca de aquí, y hace unos seis meses… ¿Se acuerdan esos seis chicos esclavos que murieron en un taller clandestino en Caballito? Porque mientras los papás trabajaban los bebés estaban como en una jaula, y ahí murieron en el incendio. Chicos esclavos que los hacen tirar un carro con cartones, que son explotados por la mafia de los cartoneros. En Bs. As. está prohibida la tracción a sangre: Si van en un carrito con cartones tirado por un caballo o mula, lo decomisan, pero el carrito lo tira un chico, un chico de diez, once años…. Lo he visto muchas veces en el centro. Chicos usados por las pandillas de arrebatadores que los preparan para arrebatar y salir corriendo. ¿Quién va a agarrar un chico de 8 años corriendo? Chicos esclavos, chicos que caen en la trampa de la prostitución, que son objetos de abuso, de uso. Y dicen también: “chicos vendidos para transplantes”.

Y como si esto fuera poco; hay gente que en vez de ocuparse en todo el mundo de solucionar esta trata de chicos, esta trata de la vida, todavía piensan como hacer nuevas disposiciones, nuevas leyes para que los chicos no vengan sino que los matemos mientras están en el seno de la madre. Esto está pasando hoy en día. Y si uno grita le dicen “anticuado”. Y hace quince años que estamos gritando, hace quince años que este Santuario tiene la tentación, quizás la que tuvo Pedro: “Bueno, no hagamos mucho lío, no sea que nos traiga problemas”, o la que tuvo Jeremías, cuando le dice al Señor en la primera lectura: “Me sedujiste Señor. ¡qué bien estar con vos!, pero tengo un fuego adentro que me obliga a gritar”. Hace quince años que queremos contagiarnos, ustedes a nosotros, nosotros, los que estamos en el altar a ustedes, contagiarnos mutuamente por el amor a la vida, el amor a los chicos.

El año pasado hablé de las dos puntas de la vida ¿se acuerdan? de los chicos y los ancianos. Hoy quiero hablar de los chicos, los chicos que están usados. Se experimenta con los chicos. ¡Se experimenta hasta en planes de educación! a ver como sale o como no sale… si salió mal serás un inútil toda tu vida. Chicos que no tienen las proteínas suficientes los dos primeros años de su vida y quedan subdesarrollados, y para lo único que sirven cuando sean grandes será para llevar un ladrillo de acá a acá.

Hoy cumplimos 15 años luchando por la vida, todos, todos, todos los que venimos acá, todos. Los que venimos acá, todos felicitémonos. ¡Vale la pena! ¡no es perder el tiempo!, es luchar por lo mejor que Dios nos dió, es luchar por aquellos que Jesús dijo que tenemos que imitar para entrar al Reino de los Cielos, “si no se hacen como uno de esos chicos no van a entrar en el Reino de los Cielos”, es luchar para tener el alma de niño, alma abierta. Es clamar a Dios por todos esos chicos explotados, esclavizados, usados.

Hoy en la misa tengamos los dos sentimientos: el sentimiento de alegría por que estamos luchando por la vida. Felicitémonos mutuamente por que estamos en esta causa pero también el sentimiento de dolor y de tristeza. ¡Y ojalá se nos caiga alguna lágrima al pensar en tantos chicos explotados, en tantos chicos usados, en tantos chicos esclavos!

Jesús lo escuchó a Pedro y lo sacó corriendo por que Pedro no quería lío en la vida. Sepamos que si luchamos por la vida y los chicos vamos a tener lío. Nos van a decir “anticuados”, “santurrón” “chupacirios”, todo les vana de decir, pero el premio es ese: tener un chico en los brazos, la ternura de Dios hecha persona. Con sólo contemplar un papá o una mamá con un chico en brazos nos de ánimo a seguir luchando por esta vida quince años más. Que así sea.

Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires


Un envío de Prensa Arzob. de Buenos Aires.
Fotos: AICA / Federico Herreros

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