Los resultados de las elecciones provocan un fenómeno singular: una parte de los votantes sencillamente no puede explicarse las razones que llevan a muchos otros a elegir a tal o cual candidato que está en las antípodas de sus preferencias. "Pero ¡¿cómo puede ser que tanta gente haya votado por X y no por Z?!", exclaman, estupefactos.
Por Nora Bär
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