Cuando miro al último de mis hijos, no puedo creer el error hubiésemos cometido, lo que me hubiese perdido y el dolor que sentiría al saber que había asesinado a mi compañero de la vida, a ese que trabaja y me acompaña continuamente, a quien desayuna todas las mañanas junto conmigo... ¡que gran error imperdonable que hubiéramos cometido!, ¡algo que ni nosotros mismos nos hubiésemos perdonado jamás!
Por Hector Alberto Balbastro
Ver nota completa...
¿EN QUE SENTIDO LOS APÓSTOLES SON FUNDAMENTO DE LA IGLESIA?
-
Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
El 15 de Junio de 1870, el obispo (posteriormente cardenal) Bartolomeo
d’Avanzo Buvelli de Calvi y Tean...
Hace 2 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario