Nuestra fe no debe descansar en los obispos y sacerdotes, sino en Cristo y sus sacramentos. Nuestro obispo o párroco podría ser el hombre más santo de la Tierra, lo que sería una gran bendición, pero aun así, ser católico no se trata de ese obispo o párroco. Se trata de Jesús.
Ver nota completa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario