Muchos de los que han estudiado la vida y el pontificado del Papa Pablo VI están convencidos de que estuvo lejos de ser ejemplar en su conducta como pastor; que no solo no poseía una virtud heroica, sino que carecía de ciertas virtudes clave; que su promulgación de una reforma litúrgica titánica era incompatible con su cargo papal de entregar lo que había recibido; que nos ofrece un retrato del gobierno fallido y la tradición traicionada.
Por Peter Kwasniewski
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