ÁRBOLES DE OTOÑO
Hace algunos días me comentaron que una religiosa a la que conozco desde hace mucho, dejó los hábitos y vive ahora sola en una pequeña casa que ha rentado. El motivo que adujo para justificar su decisión fue que sus superioras la cambiaban a un destino que ella rechazaba y entonces prefería pasar sus últimos años cerca de su familia de sangre.
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