En los últimos meses estamos asistiendo atónitos a cómo la adolescente Greta ha pasado de ser una dulce niña a una activista con mirada tipo «perdona vidas» y dirigiendo su irascibilidad nada menos que hacia el propio Donald Trump que pasaba por allí como se suele decir.
Por Francisco Gómez*
Ver nota completa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario