El racismo, lo ha recordado recientemente el Santo Padre, es un gran pecado. Lástima que la insurrección que todas las instancias apoyan, incluidas las eclesiásticas, no tengan nada que ver con un supuesto ‘racismo sistémico’ y hagan más por fomentar el rencor interracial que por mitigarlo.
Por Carlos Esteban
Ver nota completa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario