En el centro de la romana Plaza de San Pedro se alza una estructura metálica apresuradamente decorada con tubos de luz bajo la cual se alzan unas cuantas estatuas horrendas, semejantes a tótems de aspecto inquietante, que ninguna persona con dos dedos de frente se atrevería a identificar con personajes de la Natividad.
Por Carlo Maria Viganò
Ver nota completa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario