miércoles, 3 de diciembre de 2008

Feliz cumple P. Stoffel


Pbro. Edgar Gabriel Stoffel
Nació en Gálvez (Pcia de Santa Fe) el 3 de diciembre de 1956. Realizó sus estudios de filosofía y teología en el Seminario Conciliar de Córdoba. Ejerce el ministerio sacerdotal desde el año 1983. En el campo docente se desempeña como titular de la Cátedra de Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad Católica de Santa Fe y de Historia de la Iglesia y Doctrina Social de la Iglesia en el Instituto terciario ‘San Juan de Ávila’ de nuestra ciudad.

Miembro de Número durante muchos años de la Junta de Estudios Históricos de la provincia de Santa Fe, lo es también de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina.
En la actualidad es Director del Archivo Histórico del Arzobispado de Santa Fe de la Vera Cruz.

Recientemente ha publicado ‘Nuestra Señora de Guadalupe. Documentos, bibliografía y testimonios para una renovación de los estudios en torno a su devoción’ y es autor de numerosos opúsculos y artículos sobre temas religiosos y sociales publicados en revistas especializadas y en medios de difusión masiva.

Es párroco de San Cayetano en Santa Fe.
Edita http://historiaypastoral.blogspot.com/

1 comentario:

Anónimo dijo...

El testimonio de vida que nos da el Padre Edgar nos reconforta como comunidad.
Ojalá todos sepamos interpretarlo, hacer la lectura correcta.
Cumple con su compromiso con Dios y con la Iglesia como cura.
Cumple y cumplió con su obispo desde la obediencia.
Cumple con su rebaño trabajando duramente por el pobre.
Cumple con sus alumnos enseñando siempre actualizado.
Y ahora, en esta etapa tan dura de su vida, cumple consigo mismo defendiendo la vida que Dios le dio, luchando por ella sin abandonar su trabajo.
Recomiendo a nuestros sacerdotes tomar su ejemplo, meditarlo esta Navidad porque es un regalo especial de Dios para la Iglesia que peregrina en Santa Fe de la Vera Cruz.
Dejar de lado la soberbia, la superioridad, los enojos, las envidias, el aparente éxito, la satisfacción de lo material.
Entregar todo, sea bueno o malo, gratificante o doloroso por amor porque solamente así seremos merecedores de la Morada que el Padre nos tiene preparada.
Padre Edgar, rezo todos los días por usted y para que su ejemplo sea tomado por nuestra Iglesia.
Muchas gracias por tanta donación de usted mismo.
Muchas gracias por tantos años de ayudarnos.
Un feligrés anónimo a quien ud. conoce.