Por Francesco Manetto - Madrid
Benedicto XVI anunció ayer que revoca la excomunión a cuatro obispos consagrados en 1988 por el prelado cismático Marcel Lefebvre, ya fallecido. Entre ellos está el británico Richard Williamson, quien declaró en una entrevista retransmitida esta semana por una cadena de televisión sueca que "creía" que en la Alemania nazi "no existieron las cámaras de gas" y que sólo unos 300.000 "y no seis millones" murieron en los campos de concentración, aunque "ninguno gaseado". El Papa anuló esa sanción también al obispo español Alfonso de Gallareta, el suizo Bernard Fellay y el francés Tissier de Mallerais.
Uno de los obispos perdonados es el español Alfonso de Gallareta
El levantamiento de la excomunión, calificado por el portavoz vaticano Federico Lombardi de "importante paso" hacia la plena unidad de la Iglesia, ya ha desatado las duras reacciones de las comunidades judías. En opinión de varios representantes religiosos, "se trata de un paso que contamina la Iglesia en su totalidad", como dejó claro el rabino estadounidense David Rosen, quien en las últimas semanas ha trabajado por allanar el camino a una visita oficial del Pontífice a Israel. "Ha habido superficialidad, al menos es lo que quiero esperar, que muestra unas graves carencias en el funcionamiento interno del Vaticano", afirmó Rosen en unas declaraciones recogidas por el diario italiano La Repubblica. El principal rabino de Roma, Riccardo di Segni, no ocultó que estaba "aturdido por tal espanto de negación [del Holocausto], que es aún más grave proviniendo de un obispo". Según Di Segni, la readmisión de Williamson en la Iglesia abriría una "profunda herida en el diálogo con el judaísmo".
Sin embargo, de momento, la postura del Vaticano se mantiene firme. "Los lefebvrianos viven en plena comunión con la Santa Sede", destacó Lombardi, añadiendo por otro lado en referencia a Williamson que el levantamiento de la excomunión no significa de forma automática "abrazar sus ideas y sus declaraciones, que se deben juzgar por separado". Un aparte que otros no están dispuestos a pasar por alto. Elan Steinberg, vicepresidente de la Congregación Americana de Supervivientes del Holocausto y sus Descendientes, dijo que la posibilidad de que Ratzinger incluya a Williamson de nuevo en la corriente principal de la Iglesia "ha sido recibida con conmoción y consternación". "Para los judíos y todas las personas que sintieron el dolor de los terribles años de la Shoah [palabra hebrea utilizada para referirse al Holocausto), este paso representa un peligroso golpe al diálogo interreligioso y alienta la transmisión del odio en todas partes", declaró a la agencia Reuters.
Al final de la entrevista en la televisión sueca, Williamson, nacido en 1940 en Reino Unido en el seno de una familia anglicana, admitió que era consciente de que podría acabar en la cárcel por sus declaraciones y su negación del Holocausto. Anoche, en una página dedicada a él en la red social Facebook, no faltaban muestras de apoyo de algunos internautas y un mensaje de felicitaciones por la decisión de Benedicto XVI de rehabilitarle.
El levantamiento de la excomunión fue criticado también por algunos grupos católicos, que denunciaron que los lefebvrianos, o tradicionalistas, todavía no han aceptado el concilio Vaticano II, celebrado entre 1962 y 1965. Los obispos tradicionalistas rechazaron entonces varias reformas del concilio, especialmente las decisiones litúrgicas, como la de que la misa debía ser celebrada en los idiomas locales, en vez de en latín. Algunos grupos católicos progresistas han denunciado también su reparo a la hora de plantear diálogos y relaciones interreligiosas.
Y fue precisamente a través de un proceso de "diálogo" por lo que, según un comunicado emitido ayer por el Vaticano, el Papa, alemán, decidió readmitir a los cuatro obispos, después de que ellos mismos enviaran una carta el pasado diciembre en la que expresaban el deseo de permanecer católicos al servicio de la Iglesia de Roma. "Con este acto", se lee en el decreto papal, "se desea consolidar las mutuas relaciones de confianza e intensificar y dar estabilidad a los lazos entre la Fraternidad de San Pío X [la sociedad internacional de sacerdotes católicos fundada en 1970 por Marcel Lefebvre] y esta Sede Apostólica".
Fuente El País
El levantamiento de la excomunión, calificado por el portavoz vaticano Federico Lombardi de "importante paso" hacia la plena unidad de la Iglesia, ya ha desatado las duras reacciones de las comunidades judías. En opinión de varios representantes religiosos, "se trata de un paso que contamina la Iglesia en su totalidad", como dejó claro el rabino estadounidense David Rosen, quien en las últimas semanas ha trabajado por allanar el camino a una visita oficial del Pontífice a Israel. "Ha habido superficialidad, al menos es lo que quiero esperar, que muestra unas graves carencias en el funcionamiento interno del Vaticano", afirmó Rosen en unas declaraciones recogidas por el diario italiano La Repubblica. El principal rabino de Roma, Riccardo di Segni, no ocultó que estaba "aturdido por tal espanto de negación [del Holocausto], que es aún más grave proviniendo de un obispo". Según Di Segni, la readmisión de Williamson en la Iglesia abriría una "profunda herida en el diálogo con el judaísmo".
Sin embargo, de momento, la postura del Vaticano se mantiene firme. "Los lefebvrianos viven en plena comunión con la Santa Sede", destacó Lombardi, añadiendo por otro lado en referencia a Williamson que el levantamiento de la excomunión no significa de forma automática "abrazar sus ideas y sus declaraciones, que se deben juzgar por separado". Un aparte que otros no están dispuestos a pasar por alto. Elan Steinberg, vicepresidente de la Congregación Americana de Supervivientes del Holocausto y sus Descendientes, dijo que la posibilidad de que Ratzinger incluya a Williamson de nuevo en la corriente principal de la Iglesia "ha sido recibida con conmoción y consternación". "Para los judíos y todas las personas que sintieron el dolor de los terribles años de la Shoah [palabra hebrea utilizada para referirse al Holocausto), este paso representa un peligroso golpe al diálogo interreligioso y alienta la transmisión del odio en todas partes", declaró a la agencia Reuters.
Al final de la entrevista en la televisión sueca, Williamson, nacido en 1940 en Reino Unido en el seno de una familia anglicana, admitió que era consciente de que podría acabar en la cárcel por sus declaraciones y su negación del Holocausto. Anoche, en una página dedicada a él en la red social Facebook, no faltaban muestras de apoyo de algunos internautas y un mensaje de felicitaciones por la decisión de Benedicto XVI de rehabilitarle.
El levantamiento de la excomunión fue criticado también por algunos grupos católicos, que denunciaron que los lefebvrianos, o tradicionalistas, todavía no han aceptado el concilio Vaticano II, celebrado entre 1962 y 1965. Los obispos tradicionalistas rechazaron entonces varias reformas del concilio, especialmente las decisiones litúrgicas, como la de que la misa debía ser celebrada en los idiomas locales, en vez de en latín. Algunos grupos católicos progresistas han denunciado también su reparo a la hora de plantear diálogos y relaciones interreligiosas.
Y fue precisamente a través de un proceso de "diálogo" por lo que, según un comunicado emitido ayer por el Vaticano, el Papa, alemán, decidió readmitir a los cuatro obispos, después de que ellos mismos enviaran una carta el pasado diciembre en la que expresaban el deseo de permanecer católicos al servicio de la Iglesia de Roma. "Con este acto", se lee en el decreto papal, "se desea consolidar las mutuas relaciones de confianza e intensificar y dar estabilidad a los lazos entre la Fraternidad de San Pío X [la sociedad internacional de sacerdotes católicos fundada en 1970 por Marcel Lefebvre] y esta Sede Apostólica".
Fuente El País
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