El
campo es el lugar donde el hombre se vincula sin gran esfuerzo con las leyes
del universo. Con solo observar en plenitud la salida y puesta del sol, la
inmensidad de un cielo estrellado, soportar una gran tormenta o un voraz
incendio nocturno en la pampa, con eso sólo sabe, de golpe, que nadie es grande
sino Dios.
Por
Alberto Buela (*)
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