Hubo un momento en el que era casi imposible no creer en Dios, no por las supersticiones irracionales del hombre, como lo dicen los influencers ateos, sino por el diseño racional de la naturaleza.
Por Regis Nicoll
Ver nota completa...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario