Por el color de su jugo, parecido a la sangre, en la iconografía cristiana se convirtió en un símbolo del martirio. Un martirio fructífero, como su fruto, lleno de semillas. Y por sus innumerables semillas, envueltas con una dura piel, se la tenía como la propia representación de la Iglesia que bajo su manto acoge y protege a innumerables naciones
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HALLAN EDIFICIO CRISTIANO EN BARÉIN
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Elementos tomados de DAILY MAIL y PHYS.
Arqueólogos han descubierto la primera evidencia física de una comunidad
cristiana «mucho tiempo perdida» en Med...
Hace 2 horas
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