lunes, 23 de marzo de 2020

DIOS Y EL INFIERNO (PARTE II)

El pecado, por su propia naturaleza, es un ataque directo o una violación de algo bueno. Por ejemplo, mentir ofende el bien de la verdad; la gula transgrede el bien de la alimentación adecuada. Ahora, ¿algunos actos malvados contravienen un bien hasta el punto de merecer la condenación eterna?

Por el padre Thomas G. Weinandy, OFM, Cap

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