No agradecí lo suficiente a Dios por ese último beso precioso en la Eucaristía, pero Él no me retuvo sus gracias en mi ignorancia. Su único beso es suficiente para mí, por ahora. Es más de lo que merezco.
Por Stefanie Nicholas
Ver nota completa...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario