sábado, 5 de septiembre de 2020

QUE UNA SANGRE IMPURA RIEGUE NUESTROS SURCOS

Es al frenético sonido de La Marsellesa, pasando por La Carmagnole y otros himnos revolucionarios que cientos de miles de católicos de todos los ámbitos de la vida, “sospechosos” a los ojos de los fundadores de la Primera República, fueron masacrados.

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