El sedevacantismo es el elefante que está mirando a todos a la cara, mientras que el “papado de Francisco” obliga a la vieja narrativa de “reconocer y resistir” a colapsar como un castillo de naipes bajo el peso de su propio absurdo cada vez más obvio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario