Sea uno famoso o no, es mejor prevenir que curar. No se trata sólo de imágenes íntimas, hay que decirlo. Hasta el más casto tiene secretos que guardar. Por ejemplo, la escuela a la que van nuestros hijos y sus horarios no parecen algo que queramos hacer público, lo mismo que los correos electrónicos o la información de cuentas bancarias.
Por Ariel Torres
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EL OLVIDO DEL APOCALIPSIS
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I
«Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro»,
dice el Ángel a San Juan Evangelista después de haberle revelado los
arcanos d...
Hace 3 horas
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