Cuando miro al último de mis hijos, no puedo creer el error hubiésemos cometido, lo que me hubiese perdido y el dolor que sentiría al saber que había asesinado a mi compañero de la vida, a ese que trabaja y me acompaña continuamente, a quien desayuna todas las mañanas junto conmigo... ¡que gran error imperdonable que hubiéramos cometido!, ¡algo que ni nosotros mismos nos hubiésemos perdonado jamás!
Por Hector Alberto Balbastro
Ver nota completa...
Esiste un antico paradosso: la 'sobria ebrietas', la sobria ebbrezza del
culto sacro.
-
Nella nostra traduzione da P. John Zuhlsdorf
------------------------------
Esiste un antico paradosso: la *sobria ebrietas*,
la sobria ebbrezza del culto ...
Hace 5 horas

No hay comentarios:
Publicar un comentario