El suicidio del joven sacerdote, el padre Evan Harkins, me ha mantenido ocupado por un tiempo. Un suicidio siempre es impactante, y un suicidio generalmente deja, sea cual sea la basura que algún sacerdote del Vaticano II le haya dicho, muy poca esperanza de que la persona que lo cometió escape del infierno, por las razones que todos sabemos, antes de que la corrección política arruinara por completo nuestro sensus catholicus.
Por Mundabor
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APAGANDO EL HACHO DEL SODALICIO
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Siguiendo la liquidación del extinto Sodalicio de Vida Cristiana fundado
por Luis Fernando Figari Rodrigo, empezaron disolviéndose las dos
organizaciones...
Hace 23 minutos
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