Convertirse al protestantismo o a la ortodoxia no es una opción, y mucho menos desertar a una religión pagana o al ateísmo. Este acto es una gran ofensa a Dios porque es la encarnación de la desesperación y el acto de un traidor.
Ver nota completa...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario