Una experiencia que se repite con frecuencia en el ministerio sacerdotal es que las personas ancianas se acerquen al confesionario y digan -sin ruborizarse: - “Padre, yo, a mi edad, ¿qué pecado puedo tener?”.
Por el p. Leandro Bonnin
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LA INMODESTIA ASEMEJA CON LOS VERDUGOS DE JESÚS
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«Repara ahora, hermana mía, cómo las mujeres que lujosamente visten, están
en oposición directa con los vestidos y adornos de Jesus. O si no, dime:
¿qué ...
Hace 7 horas
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