Hoy en día, en la sociedad occidental post-cristiana, la debilidad se ha convertido en una virtud. El hombre ideal, para los modernos, es el que se disculpa por todo, que piensa todo el día en como no ofender a nadie, evitando a toda costa el enfrentamiento y hablando siempre de “diálogo” y “tolerancia”. Es decir, un hombre que no es hombre.
Por Christopher Fleming
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QUÍA NON ERAT EIS LOCUS IN QUEBEQUÉNSE DITIÓNE (Y NO HABÍA LUGAR PARA ELLOS
EN LA NACIÓN QUEBEQUENSE)
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El diputado de la Asamblea Nacional de Québec por el distrito de Chambly y
ministro de las carteras de Inmigración, Francización e Integración, Lengua
Fr...
Hace 1 hora

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