En
la denominada Plaza de la Revolución de Cuba más de trescientos mil cubanos
corearon “Be-ne-dicto: los jóvenes cubanos son de Cristo”. No obstante, tras la
Revolución que protagonizó Fidel Castro en Cuba, le impuso a este país su
autoritaria decisión de constituirla en revolucionaria y atea durante 53
años.
Por
Nélida Rebollo de Montes
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